3 de febrero: Día Internacional sin Popotes, a propósito ¿Qué alternativa existe?
Cada año, el 3 de febrero se conmemora el Día Internacional sin Popote para concientizar a la población sobre el grave problema que este pequeño objeto de plástico puede ocasionar a los ecosistemas marinos y costeros. Hoy en el blog de Entelequia te contaremos sobre esta fecha: cuándo surgió, la importancia de erradicar los popotes convencionales y la alternativa para las empresas de alimentos y bebidas.
¿Cuándo y cómo surge el Día Internacional sin Popotes?
En 2015, la noticia de un biólogo marino retirando un popote de plástico (material no biodegradable) de 10 cm de largo de la fosa nasal de una tortuga marina golfina (un animal marino que se encuentra en peligro de extinción) le dio la vuelta al mundo. En un inicio, el equipo de biólogos que se encontraba en una expedición de campo pensó que se trataba de un parásito enterrado en la nariz de la tortuga, hasta percatarse de que se trataba de un popote.
Esta situación visibilizó el problema de la fauna marina, que tiene un 50 % más probabilidades de ingerir plástico en comparación con tres décadas atrás.
Ver Popotes BiodegradablesDos años después, el 23 de febrero 2017, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó una campaña llamada “Mares Limpios en Bali, Indonesia para dar a conocer que los popotes y otros plásticos son una amenaza para los ecosistemas costeros y marinos.
El aumento de la contaminación y la falta de conciencia ambiental han causado un gran daño en la fauna marina, especialmente en las tortugas que se alimentan de animales pequeños y vegetales como algas. Sin embargo, los desperdicios plásticos se han convertido en un “alimento” tóxico para estas especies, ya que su aspecto gelatinoso se asemeja al de las medusas o pececillos pequeños.
Por ello, cada 3 de febrero se busca concienciar a la población sobre el uso de popotes plásticos, para evitar que se arrojen al medio ambiente y a los ecosistemas costeros y marinos.
La importancia de dejar de usar popotes de plástico “convencional”
Los popotes de plástico convencional son materiales de un solo uso que tardan 100 años en degradarse. La mayoría de estos terminan en vertederos o en océanos, mares y ríos, donde son inhalados o ingeridos por los animales, que los confunden con alimentos.
En general, los residuos plásticos son tan peligrosos para las tortugas y otros animales marinos que les puede ocasionar un bloqueo intestinal que reduzca su crecimiento, les provoque desnutrición o muerte.
Si bien los popotes no son los únicos plásticos que representan un riesgo potencial para la salud de humanos y animales, sí son materiales que provocan situaciones como drenajes tapados, que impiden el flujo de aguas residuales y favorecen los criaderos de mosquitos transmisores de enfermedades.
Popotes biodegradables, la alternativa a los convencionales
En México, la campaña del PNUMA repercutió y en 2018 se creó “Sin popote está bien” campaña que si bien se popularizó también tuvo resistencia debido a que muchos consumidores los siguen utilizando por comodidad. Por otro lado, el uso de los popotes volvió a tener un auge durante la pandemia junto con los contenedores con comida para llevar.
Los popotes biodegradables son la alternativa ideal para negocios y empresas de alimentos y bebidas que buscan ser agentes de cambio ofreciendo un producto que no deja residuos dañinos para el medio ambiente.
Estos popotes biodegradables se fabrican en materiales como el PLA, un bioplástico o plástico biodegradable, son popotes estuchados, cuyo empaque también es biodegradable y se disuelve de forma segura en entornos naturales. Son resistentes tanto para bebidas frías como calientes y tardan en degradarse entre 90 y 150 días, sin dejar residuos peligrosos para el medio ambiente.
Beneficios del uso de popotes biodegradables
Menos tiempo de descomposición
Los popotes biodegradables se desintegran en un lapso de 90 días en el agua, 120 días en la tierra y 150 días en rellenos sanitarios. En comparación, los popotes de plástico convencional tardan hasta 500 años en descomponerse.
Amigables con el medio ambiente
Al degradarse, los popotes biodegradables no dejan residuos tóxicos ya que carecen de químicos dañinos y toxinas. Además, al fabricarse con un bioplástico, los popotes de PLA son compostables, lo que hace que tengan un ciclo de consumo similar al de la naturaleza.
Los materiales biodegradables no liberan químicos ni gases, por lo que no contaminan el agua, el suelo o la atmósfera, por lo que son amigables con el medio ambiente y los diferentes ecosistemas.
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En Entelequia sabemos que recurrir a productos compostables y biodegradables no es la única solución para cuidar el medio ambiente, pero es una acción sencilla para cambiar los hábitos de consumo y convertirte en un agente de cambio para inspirar a otros a decirle adiós a los plásticos convencionales.
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